El suizo jugó con chicos en la previa de la exhibición que disputó con Zverev en Villa Soldati, con la presencia de Del Potro en la platea.
Roger Federer es talento. Es historia. Es leyenda viva. Es carisma a su estilo. Es el dueño de las miradas en el deporte mundial. Y fue el centro de atención de todos durante su paso por Argentina. Un astro que enamora en cada lugar donde se presenta.
Así lo demostró este miércoles en Buenos Aires, primero con la clínica con los chicos y más tarde en la exhibición junto a Alexander Zverev, que lo derrotó por 7-6 (7-3) y 7-6 (7-2).
A puro tenis empezó el día de Federer. Y con una sorpresa muy especial. Porque Juan Martín Del Potro fue el invitado en la clínica que el suizo y el alemán compartieron con un grupo de pibes afortunados en la misma cancha en la que más tarde jugarían.
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