El canje descomprime el calendario de pagos del Tesoro pero (sobretodo) aleja el fantasma de una liquidez excesiva.
El Gobierno logró una adhesión del 56% a su propuesta de aplazar los pagos que el Tesoro nacional tenía comprometidos por deuda emitida durante 2019 en Letras Capitalizables (Lecap) en pesos, títulos cuyo pago ya había sido reprogramado a fines de agosto pasado y enfrentaban el 60% del vencimiento de su capital original en los próximos 70 días.
Lo consiguió al recibir 263 ofertas de canje por $99.611 millones en títulos que vencían desde el 11 de febrero hasta el 8 de abril (había unos $179.000 millones en circulación) y emitir a cambio $83.353,1 millones en nuevas Letras en pesos ajustables por tasa Badlar (Lebad) con vencimientos en 240 y 335 días.
La operación de ingeniería financiera redundó en una «reducción del stock de deuda de $1978 millones y una extensión de plazos en términos de vida promedio calculado a la fecha de liquidación», destacó el Ministerio de Economía al difundir los resultados de la licitación.
«Fue un canje voluntario a valores de mercado», valoró por su parte el secretario de Finanzas, Diego Bastourre, al comunicar a la prensa los resultados en el Palacio de Hacienda.
Lo consiguió al recibir 263 ofertas de canje por $99.611 millones en títulos que vencían desde el 11 de febrero hasta el 8 de abril (había unos $179.000 millones en circulación) y emitir a cambio $83.353,1 millones en nuevas Letras en pesos ajustables por tasa Badlar (Lebad) con vencimientos en 240 y 335 días.
La operación de ingeniería financiera redundó en una «reducción del stock de deuda de $1978 millones y una extensión de plazos en términos de vida promedio calculado a la fecha de liquidación», destacó el Ministerio de Economía al difundir los resultados de la licitación.
«Fue un canje voluntario a valores de mercado», valoró por su parte el secretario de Finanzas, Diego Bastourre, al comunicar a la prensa los resultados en el Palacio de Hacienda.
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