Alberto Fernández llevará a su gira por Europa la discusión sobre el futuro del acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE). El Presidente se reunirá con Emmanuel Macron, en París, y con Angela Merkel, en Berlín.
El Gobierno mantiene firme su resistencia a la implementación del acuerdo y ve en Francia una oportunidad para plantear que la Argentina no está en condiciones de habilitar la entrada en vigor de un texto que prevé la eliminación -gradual o total- de aranceles al comercio entre los bloques, porque tendría efectos negativos en la industria local.
El debate se mezclará en la agenda del mandatario, cuya prioridad es lograr apoyos de Occidente para la renegociación de la deuda externa. Aunque todavía no se tomó la decisión de hacerla formal, la Cancillería, que conduce Felipe Solá, mantiene inalterable la intención -expresada antes del cambio de gobierno- de exigirle a Europa una renegociación del acuerdo, algo que los partidarios del pacto rechazan porque implicaría reabrir un proceso que ya demoró décadas.
El oficialismo asegura que el acuerdo será un tema inevitable en el encuentro bilateral, que tendrá lugar el 5 de febrero, más aún cuando Francia es uno de los países cuyo sector agrícola más se opone al pacto. El propio gobierno francés había dicho, pocos días después de que se anunciara el final de las negociaciones, que el país no estaba preparado para ratificar el acuerdo.
Fernández necesita apoyos de los países de peso de Europa que tengan reparos frente al acuerdo porque dentro del Mercosur está aislada. Brasil, Uruguay y Paraguay avalan el acuerdo y están dispuestos a avanzar en su implementación una vez que sea burocráticamente posible. En la última cumbre de mandatarios del bloque regional, a fines del año pasado, se autorizó la puesta en vigor del acuerdo de manera bilateral si había acuerdo legislativo entre ambos países.
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