El Presidente ordenó a su ministro de Economía, Martín Guzmán, que reiterara a los fondos de inversión que la oferta “no se toca” y que la crisis económica causada por el coronavirus no permite destinar más recursos financieros al pago de la deuda externa.
El lobby de los bonistas extranjeros para lograr una mejora en las condiciones de la oferta y desplazar a Martín Guzmán como único negociador de la deuda externa, intenta seducir a Alberto Fernández a través de distintos formatos y modalidades: chat, mail, celular, video conferencia, café a solas, almuerzo institucional, cena entre amigos, mensaje grabado y papers en inglés con gráficos relucientes a cuatro colores.
“No voy a cambiar una coma, y Martín (Guzmán) es el único autorizado para conversar con los fondos”, repite el Presidente, una y otra vez, cuando se topa con una nueva operación de lobby a favor de los bonistas bajo legislación extranjera.
El Presidente tiene ciertos argumentos políticos-financieros para rechazar a los representantes de los fondos que ingresan a su intimidad de Olivos en forma personal o digital. “Nuestra oferta es menor que la sugerencia de quita que propuso el Fondo Monetario Internacional (FMI), y lo hicimos para demostrar que queremos cerrar y evitar el default”, argumenta Alberto Fernández con los números ya aprendidos de memoria.
La replica vía chat, mail o en la soledad de la quinta presidencial no se hace esperar: “Si aflojas un poco, si pagas más intereses, te lo cierran en tres días…”, comentan en un loop infinito.
Alberto Fernández apela a sus años de cátedra universitaria y contra ataca con una sola línea argumental. “El Fondo dijo que la solvencia se alcanzaba con una quita que iba de los 55 mil millones de dólares a los 85 mil millones. Y nosotros hicimos una oferta que apenas está por arriba de los 50 mil millones. No hay nada que negociar”, argumenta el jefe de Estado mirando a su interlocutor o escribiendo con dos dedos en su cuenta de WhatsApp.
0 comentarios