Por: Mireya Rodriguez / @mireyarodriguez27
Las crisis, como cualquier enfermedad, no llegan de imprevisto. Se van anunciando poco a poco. La mayoría suele ignorar sus síntomas, pensando “ya pasarán.” La minoría toma cartas en el asunto, decide ir al médico para atacar sus causas, antes de que sea más complicado o difícil de superar.
Utilizo este símil para describir lo que nos está pasando con la pandemia, que ha impactado de manera dramática el nivel de ingresos y de empleo de la gente. Millones de personas al borde de la subsistencia, sin tener un panorama claro de cómo sobrevivir e incluso sin saber qué hará cuando ésta termine.
Si bien resulta un poco desolador plantear este panorama, lo cierto es que justamente en estos momentos donde es inevitable hacerse unas preguntas incómodas, esas que nunca quisimos abordar o responder: ¿por qué no pude ahorrar para enfrentar imprevistos? ¿Por qué no diversifiqué mis fuentes de ingresos? ¿Por qué no tomé ese curso para adquirir un oficio o una nueva habilidad? ¿Por qué no busqué otro trabajo? ¿Por qué no aprendí a manejar las redes sociales para promover mi negocio? Esas y otras muchas preguntas seguro te están dado vuelta en tu cabeza, sin tener respuestas inmediatas.
Frente a ellas, tenemos al menos dos opciones: esperar que pase el tiempo y dejar que el panorama se aclare por si solo o preguntarse ¿qué puedo hacer para salir airoso de este gran reto? Dicen los expertos que es, en esos momentos pico, donde se define quienes somos y de qué estamos hechos. Y la historia así lo confirma. Está suficientemente demostrado que de las crisis han salido las bancarrotas más grandes y los nuevos grandes negocios. Esto es válido no solo a nivel empresarial sino también a nivel individual. Y me he preguntado: ¿qué tienen en común esas salidas exitosas a cualquier crisis? Y he encontrado los siguientes elementos en común:
1. Contexto: a pesar de la incertidumbre, han buscado información sobre las cosas que están dando resultados para atender necesidades de la gente, sea a nivel local, nacional o internacional.
2. Tecnología: se han incorporado rápidamente a los adelantos tecnológicos. En nuestra época ya es una tendencia consolidada el comercio electrónico de bienes tangibles e intangibles y el manejo de las redes sociales para promover, crear comunidad y vender online.
3. Actitud: han asumido una actitud audaz, con una mezcla de desenfado, imaginación, iniciativa y decisión para adaptarse a los cambios, reconociendo cuáles actividades van en declive y cuáles son emergentes.
4. Relaciones: han sabido buscar apoyos y establecer alianzas para convertir las ideas en proyectos y transformar los proyectos en negocios.
5. Finanzas: han ordenado sus gastos y aprovechado las ayudas sociales y ventajas crediticias que suele dar el gobierno en estas situaciones críticas.
Para finalizar, recuerda que -más allá de esta crisis- vivimos un profundo cambio estructural a nivel laboral que comenzó hace mucho tiempo y no estuvimos atendiendo sus señales. De hecho, hoy en día hay trabajos que no existían hace 10 años y el 65% por ciento de los niños que entren a la primaria este año terminarán trabajando en puestos que aún no existen.
Por eso, te pregunto: ¿ya estás pensando en una estrategia ganadora para labrar tu nuevo futuro? Espero que tu respuesta sea un rotundo SÍ.
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