Por Moises Rivera

Las realidades cambian constantemente para desarrollar en las personas una manera de enfrentarlas, la migración forzosa de venezolanos hacia otros países ha hecho de esto un reto de nunca acabar para aquellos que tomaron la decisión de tener una mejor calidad de vida. Es por ello, que más allá de solo migrar, lo más importante es hacerlo de forma responsable.

Desde 2015 a la fecha muchos connacionales llegaron a la Argentina, de los cuales más de aproximadamente 250.000 venezolanos con flujo migratorio y menos de 200.000 de estos con radicaciones, según el último informe de la Dirección Nacional de Migraciones.

Tomar la decisión de irse del país y no querer hacerlo es el sentimiento menos equívoco que muchos venezolanos viven. De acuerdo a un grupo de venezolanos consultados, la mejor forma de enfrentar esta realidad es: no perder la fe, siendo conscientes, olvidar el pasado, respetar el presente y adaptarse. Esta última categoría es de gran énfasis, debido a que
muchos se acoplan y tienen éxito mientras que otros, al pasar los años, consideran que el lugar que eligieron no es el adecuado, sino en el que nacieron.

Adaptarse es modificar cómo pienso y cómo enfrento una realidad que te permite crecer en la decisión tomada, a veces puede ser difícil, pero las limitaciones son propias de los apegos emocionales, es por ello que la mejor forma de hacerlo es creyendo en que a pesar de las adversidades, sin necesidad de victimizarse, se podría superar con benevolencia.

Esta crisis migratoria ahora se suma a un riesgo sanitario. La pandemia ha hecho transformar y retraer todo aquello por lo cual se luchó desde un principio. Muchas organizaciones han desahogado este pensar con ayuda alimentaria, psicológica, social, de salud y de apoyo para aquellos quienes se quedaron sin trabajo, pudiendo enmarcarse en un recurso para superar el cambio: emprender.

Un nuevo reto enfrentan los migrantes venezolanos que padecieron los problemas mientras residían en el caótico país petrolero. Continúan enfrentando diferentes situaciones, pero nada comparado con la difícil decisión de salir de la peor crisis de su vida, el detenerse.

Es por ello que en estos tiempos tan complejos todos los espacios resurgen para habilitar una nueva opción evolutiva de lo que nos rodea. El tomar buenas decisiones, el no sentarse a esperar una solución, el convertirse en dueño de su propio destino y el ocuparse en vez de preocuparse, son algunas de las opciones que pueden considerarse como una mágica forma de adaptabilidad. Las capacidades y habilidades son propias, solo hay que descubrirlas.