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Ya no se trata de racismo. La brutalidad policial ya no es cosa de un color o clase social, es abuso de poder.

por | Dic 22, 2020 | Comunidad, Destacadas, Política

Por Arianny Benitez

En los últimos tiempos parece que se desbordó la frecuencia con la que encontramos noticias de personas sufriendo abuso policial. Videos desgarradores o testimonios de personas, en su mayoría hispanas y/o afrodescendientes, sufriendo brutalidad policial.

Este 2020, ya venía un poco turbio con toda la situación del Covid-19 y de pronto se comienza a desencadenar o activar un movimiento de defensa hacia todas las personas que han sido abusadas y asesinadas por policías, tras la muerte de George Floyd, un hombre afroamericano de los EE.UU.

Las protestas se realizaron en más de 100 ciudades para denunciar la brutalidad policial contra las personas negras, que durante décadas ha sido el detonante de manifestaciones en ese país. A todo esto, se sumaron quienes opinan «podría haber sido yo», protestan quienes aseguran estar cansados de añadir nombres a la lista de víctimas, con un trillado pero rotundo «basta ya».

Los motivos que empujan a salir a la calle son muchos y variados, pero si hay algo que se repite son las demandas de justicia para todos los que como Floyd perdieron la vida injustamente en manos de policías que decidieron abusar de su poder y tomar la justicia por sus propias manos.

En los Estados Unidos recuerdan a Jamar Clark, Philando Castile, Marvin Booker, Paul Castaway, Jessica Hernández, Michael Marshall, Rodney King.

Si nos remontamos a la historia tenemos que la dominicana Lucrecia Pérez fue la primera víctima reconocida de un crimen de racismo y abuso de poder en España. Falleció en 1992, a la edad de 33 años, a manos de un guardia civil, que junto con otros tres amigos de ultraderecha habían decidido «dar un escarnio a los negros».

Pero la brutalidad y abuso no se vive solamente en los Estados Unidos o Europa. Colombia hace muy poco también fue epicentro de hechos de esta índole y cobró la vida del abogado Javier Ordóñez de 44 años de edad en la ciudad de Bogotá.

Este hecho generó una nueva ola de protestas violentas, en esta oportunidad en Colombia, los hechos causaron la muerte de 8 personas y dejaron a más de 140 heridos. La trágica jornada se vivió en su mayor parte en la capital del país  cafetero, luego de ese hecho, se desataron más de 137 denuncias en todo el país por casos de violencia y abuso policial.

Las protestas violentas que se han generado en el mundo posterior a los ataques policiales, se ven alimentadas por la sensación de impunidad, de que los casos de brutalidad no tengan consecuencias. Según las cifras recientes del grupo de investigación Mapping Police Violence, del que se han hecho eco varios medios de comunicación, informan que el 99% de todas las muertes a manos de la Policía entre 2013 a 2019 no terminaron con la acusación de los agentes, y mucho menos tuvieron una condena, por los delitos cometidos.

Entonces ¿es la brutalidad una cosa de racismo? o son estos policías haciendo uso de “poder” para abusar de los más débiles, tomar justicia por sus propias manos y llevarse consigo la vida de estas personas. Es sin duda una enfermedad que nos persigue en el mundo entero y que ya no tiene que ver con tu clase social o color.

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